viernes, 2 de julio de 2010

La huerta





En la primera foto (de abajo para arriba, porque Blogger lo quiso así), está la huerta de mi casa. Aquí estuve trabajando toda la mañana del sábado con Sebastián y María Clara, que es la dueña de la casa. Aunque no se ve bien, tiene sembradas muchas cosas para comer: tomillo, que son estos arbolitos que se ven cerca, en el centro, un árbol de laurel, junto al laurel, calabacines, que hemos comido hasta la saciedad, a la izquierda, un girasol, que por fin me nació. También hay rábanos, zanahorias, o cenouras en portugés, lechugas, que puedes ver en la foto de la mitad con tomillos. En la tercera, estás viendo un calabacín con su flor.

2 comentarios:

  1. Paula que chévere!!!! Estas hecha toda una horticulta, o sea culta en hortis. Que divertido tener una huerta, yo también quiero!!! Ademas poder comer comida que uno con tanto amor y trabajo ha plantado pues que delicia. Y si usan todo lo que plantan??? Espero que me muestres los platillos que preparan con calabacín o con lo que sea.
    Ojala pueda viajar pronto y ver la huerta con mis propios ojitos!!!

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  2. Te cuento, Tefi, un poco más de mi experiencia en la horticultura. Todo depende en gran medida del clima. Por ejemplo, hace poco hubo un verano largo y yo, como horticultora novata y emocionada, sembré un montón de cosas. Pues, ¿te imaginas qué paso? Que no se dio casi nada. En cambio, ahora está lloviendo bastante y todo crece mucho y las malas yerbas te pueden llegar hasta la cintura y ahogar lo que tú has plantado. Es toda una aventura para la cual hay que ser juicioso y suertudo.
    Cuando haya bastantes cosas ya listas, haré alguna comida con varios integrantes y te la mostraré.
    Y ¡ojalá pudieras viajar para invitarte a trabajar en la huerta!

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